Me gusta el Tunning…y qué!
A una historiadora del arte, aunque a algunos les pese, no se le puede escapar el Tunning porque es “arte”, creación humana, y sólo humana, que junto a la razón y el logos, nos diferencia del resto de unidades multicelulares que constituyen el panorama biológico de este nuestro planeta.
Después de la introducción pasaré hablar del Tunning, para algunos un medio de vida underground, de barrios periféricos, el que no viva en un barrio periférico que tiré la primera piedra, porque aquí eso de ser de Beverly Hills se lo creen bien pocos, y porque no, también de mediopijos que se gastan la paga semanal en meterle tubarros rebienta oídos, de acero y cromo a su buga, porque el coche es el “buga” y punto pelota.
Me gusta el Tunnig, qué pasa, ahora lo grito a los cuatro vientos, un día dije no, qué chungo eso del tunning, los mascachapas, pero bueno bien visto es arte, transformación de la materia, jugar a ser Koji Kabuto y crear tu propio Mazinger Z, o nunca has soñado con poder decir “puños fuera” o tener el coche Fantástico (Kit), y que vaya sólo mientras esas parpadeantes luces rojas hacen de boca y te sueltan frases filosóficas que hasta al mismo Rousseau dejarían tieso, buah, yo me he tenido que conformar con los camiones de plástico que llenaba de graba o el teledirigido con esas pegatinas que tanto se llevaban de marcas famosas de “carros”, ahora mi bici es el diablo azul, pero va a dos ruedas, yo quiero un coche tuneaó con dos spoilers, las llantas de aleación de Vadisa, que son super ligeras y si las ruedas son de perfil bajo mucho mejor, para que se agarren al asfalto y no patinen cuando haces un trombo que la flipas delante de tus coleguis, mientras escuchas a Scooter qué crack, cómo me poneeeee!!! Qué pena que los míos sean tan victorianos y eso le parezca burdo e inapropiado de una señorita, qué si, que me gusta el Tunning!!!!
Ese arte de tematizar el buga, con sus faldones, que siempre rozan cuando subes el coche sobre la acera, tapar los focos de luz y meter los antinieblas, eso es para lucir el coche de noche, y ya no te digo na, cuando en los bajos haces una mini-instalación eléctrica no homologada, para colocar los neones de luz azul, puffff, en dos palabras: Im presionante.
Ahora hay salones del Tunning, donde se muestran las últimas novedades, los coches más tuneados, o los equipos de música más in, (el bombo, los twiters, la Pioneer, la pegata de SanzSport,…)
Ahora sólo falta que me compre el Dodge Viper SRT10 ACR, meterle la nitro, el Elvis, el ambicar y soñar con ser la prota de Fast & Furius!!!!
(Ver el vídeo de Scooter, aunque os parezca mascachapero, tiene un contenido filosófico-religioso muy bueno, y sino mirar el videoclip original, para que sepáis que las apariencias engañan, jajajajajaja, yo quiero ser mejor la prota de este videoclip, que tía más chunga, de verdad, como me pone Scooter, buf!!! Es Dios)
A una historiadora del arte, aunque a algunos les pese, no se le puede escapar el Tunning porque es “arte”, creación humana, y sólo humana, que junto a la razón y el logos, nos diferencia del resto de unidades multicelulares que constituyen el panorama biológico de este nuestro planeta.
Después de la introducción pasaré hablar del Tunning, para algunos un medio de vida underground, de barrios periféricos, el que no viva en un barrio periférico que tiré la primera piedra, porque aquí eso de ser de Beverly Hills se lo creen bien pocos, y porque no, también de mediopijos que se gastan la paga semanal en meterle tubarros rebienta oídos, de acero y cromo a su buga, porque el coche es el “buga” y punto pelota.
Me gusta el Tunnig, qué pasa, ahora lo grito a los cuatro vientos, un día dije no, qué chungo eso del tunning, los mascachapas, pero bueno bien visto es arte, transformación de la materia, jugar a ser Koji Kabuto y crear tu propio Mazinger Z, o nunca has soñado con poder decir “puños fuera” o tener el coche Fantástico (Kit), y que vaya sólo mientras esas parpadeantes luces rojas hacen de boca y te sueltan frases filosóficas que hasta al mismo Rousseau dejarían tieso, buah, yo me he tenido que conformar con los camiones de plástico que llenaba de graba o el teledirigido con esas pegatinas que tanto se llevaban de marcas famosas de “carros”, ahora mi bici es el diablo azul, pero va a dos ruedas, yo quiero un coche tuneaó con dos spoilers, las llantas de aleación de Vadisa, que son super ligeras y si las ruedas son de perfil bajo mucho mejor, para que se agarren al asfalto y no patinen cuando haces un trombo que la flipas delante de tus coleguis, mientras escuchas a Scooter qué crack, cómo me poneeeee!!! Qué pena que los míos sean tan victorianos y eso le parezca burdo e inapropiado de una señorita, qué si, que me gusta el Tunning!!!!
Ese arte de tematizar el buga, con sus faldones, que siempre rozan cuando subes el coche sobre la acera, tapar los focos de luz y meter los antinieblas, eso es para lucir el coche de noche, y ya no te digo na, cuando en los bajos haces una mini-instalación eléctrica no homologada, para colocar los neones de luz azul, puffff, en dos palabras: Im presionante.
Ahora hay salones del Tunning, donde se muestran las últimas novedades, los coches más tuneados, o los equipos de música más in, (el bombo, los twiters, la Pioneer, la pegata de SanzSport,…)
Ahora sólo falta que me compre el Dodge Viper SRT10 ACR, meterle la nitro, el Elvis, el ambicar y soñar con ser la prota de Fast & Furius!!!!
(Ver el vídeo de Scooter, aunque os parezca mascachapero, tiene un contenido filosófico-religioso muy bueno, y sino mirar el videoclip original, para que sepáis que las apariencias engañan, jajajajajaja, yo quiero ser mejor la prota de este videoclip, que tía más chunga, de verdad, como me pone Scooter, buf!!! Es Dios)