Lilypie Primer Ticker

jueves, 8 de noviembre de 2007

Cosas que hice… y de las que no me arrepiento. (Confesiones desde mi cubil I)

Depilación retroactiva…

Tenía hace tiempo un pseudo-novio, bueno era una foca monje, pero le llamaremos Don Pimpón, y él quería una depilación, estilo Corporación Dermoestética y con los mismos resultados a láser, a ser posible, para lucir tetitas playeras.
Yo, joven e inexperta en esas lides me ofrecí voluntaria a experimentar con él, mis más oscuros deseos.

Una tarde de estío, quedándonos a solas, y sin nada mejor que hacer, saqué el tubo Deliplus de crema depilatoria, perfume floral, caducada años atrás, percatándome al momento que el plutonio ya estaba enriquecido y el olor a amoniaco apenas me permitía respirar, pero decidida a no salir de allí sin que hubiese terminado de manera perfecta mi trabajo, me puse manos a la obra.
Era mi regalo de cumpleaños, para tan extraordinario ser, para que os hagáis una idea era igualito a los animalitos primigenios sacados de las páginas de cualquier relato de terror de Lovecraft.
Untar, untar, como queso Philadelfia, bueno en este caso sería como queso Hacendado, ese pecho con plumón de oca, era mi cometido.Leí en las instrucciones que la crema se dejaba 3 minutos sobre la piel y después aclarábase con agua fría para retirar el producto; si esto está caducado lo dejaré media hora, pensando en que sus poderes habían menguado conforme al tiempo pasado.
Olor a barbacoa sentía yo, cuando le retiré el ungüento de la piel, detrás iban restos de pelos y dermis.

Qué horror, qué desatino, algunos pelos insurrectos mantenían posiciones, tiesos como lanzas, me miraban desafiantes. Estas escarpias se creen que pueden conmigo? Pues no.
Así que otra vez le di crema, estilo Vicks Vaporub. Y la dejé que fuese haciendo su camino 15 minutos en esta ocasión.
30+15=45 minutos total.

Claro, cuando se la quité me encontré en el estrato nº VI de la Troya de Homero, con vasos sanguíneos, esternón y si me apuras te diré que hasta pude verle los pulmones.
Sangre por doquier, una comenzón enorme, me sentía como Vlad Tepes con un otomano… (tradujese como un tonto a mano, jijijijijijiji!!!)

Oh, yo se qué hacer, en esos momentos... la cálida voz de mi madre me venía a mente, cuando me echaba polvillos de talco al culete teniéndolo escocido. Y eso hice, no sin antes lavar la herida como buena enfermera, que en esos momentos asiste al derrotado, después con los poros bien abiertos, le eché los polvos, así no te escocerá, le calmaba.
Llegó la hora de mirar esa joyita de la escaración, digna de un gran jefe tribal, y oh!!!! Pero qué ven mis ojos, el polvo de talco había fraguado, como los mocárabes de la Alambra (la Roja), pues a eso se añadía la rojez de su piel, antes tersa y joven, ahora….con quemaduras de 2º grado, toda una oda al Ubi Sunt, propia de Manrrique.
Pues inocente él, no tuvo más remedio que ir a urgencias, no sé si a que le colocasen injertos de piel de su culo, por lo peludo, pero el caso es que anduvo todo el verano con unos apósitos que les colocan a los quemados para que produzcan nueva piel, desde entonces se hizo llamar Wolverine, porque regeneraba que daba gusto, aunque doy fe que sus huesos no estaban recubiertos de adamantium.

Moraleja: Si tienes pelos te los dejas, y sino... atente a las consecuencias!!!

2 comentarios:

Lluís dijo...

Eeeeeh... me los dejo, me los dejo.

Pardiez, vaya prosa más locuaz... y procaz al tiempo, apunto.

Anónimo dijo...

jajajajaaaaa,que bueno, eso de Don Pimpón es un muñeco que yo tenía años ha, menudo muñeco ese que se deja hacer, jajajajja, el pobre no vale ni un chavo, lo dicho... un muñeco años 50, jajajja. Por cierto yo he tenído también quemauras de 2º grado y no te puedes hacer una ídea es de infarto, ahora alcanzo a entender porque se le han acabado las neuronas cerebrales, pobre Don Pimpónnnnnnnnnn.Muakkkkk