Lilypie Primer Ticker

miércoles, 24 de octubre de 2007

A los amantes de los cardados

Es de todos conocido la gran afición que tiene la señora Consuelo Císcar por machacar la capa de ozono con el uso y abuso de laca, para mantener en pie su estrepitoso cardado violento, que se yergue intacto a lo largo de los años (dormirá rollo gheisa?...) y mantiene el mismo color radioactivo de su pelirrojo de nacimiento.


Aquí la vemos junto a Yoko Ono, que se tapa con un gorrito por decoro y nos hacemos una idea de la dimensión del cardado que pasea por N.Y., Roma, Lisboa, Madrid, París...


El Ivam recoge hasta el 2 de Diciembre una exposición sobre los modelitos capilares que la directora, más dicharachera de todos los museos valencianos, luce en sus cenas de gala y en sus noches de frenesí.
De obligatoriedad para todos aquellos enamorados del cardado valenciano, pues hay elaboradas pelucas dieciochescas, menos vegetales y fitofórmicas de forja, con adornos de seda, plumas, colores infinitos y ya puestos como hacemos doblete America´s Cup, hasta con maquetas de barcos, toma ya!
Atrás quedaron los rodetes de la Dama de Elche, y de las falleritas, ahora “modernos cardados” vuelven a sobresalir, estilo Marge Simpson, en todas las salas de cine, qué digo de cine, de nuestro acuático Palaú de les Arts!
Ei, y es que el estilista que ha montado esta orgía de pelos no es un cualquiera, Tono Sanmartín ha expuesto sus “esculturas del cabello”, como las denomina Císcar en medio mundo, que aquí hay nivel.
Patrocinado por L´Oreal.
Jo, porque yo lo valgo, toma cambio climáticoooooo!

domingo, 21 de octubre de 2007

FRASES Y SITUACIONES CÉLEBRES (QUE NO DEBERÍAN REPETIRSE) EN EL MUSEO (I Parte)

En ocasiones crees que el mundo debe pararse y bajarte de él, porque se ha vuelto loco, eso mismo me pasa a mi, en ocasiones, cuando trabajo felizmente en el museo y algunas personas tienen las ocurrencias siguientes….
Recopilatorio de situaciones cómicas, que sólo suceden en las series americanas y que pondré por orden de: más me quiero esconder a soy invisible; de esto se puede sacar un estudio sociológico completo, que supongo que con ganas y más documentación realizaré al respecto.


La típica señora anciana de excursión con el Imserso, y su megacardadorebientacapadeozonoquelaflipas, interesándose por los Jardines colgantes de Babilonia:
Señora megacardado…: - Perdona bonita, sabes dónde están los Jardines colgantes de Babilonia?
Eli becaria:
-En la actual Iraq estaban.
Señora megacardado…: No, no!!!!! Los de aquí.
Eli becaria: Uhmmm…ah!!! (después de meditar largo rato), eso es el Umbracle, (haciendo elenco de mi sabiduría Ciutat de les Arts), es un vasto terreno, rodeado de especies vegetales autóctonas de la C. Valenciana, algunas penden de lo alto del enrramaje.

La rubia despampanante con menos cerebro que una nuez cucà:
Rubia de bote…morenote: Holaaaaa, me puedes decir dónde está el estimulador especial?
Eli becaria: (Pensando…si lo supiese yo te lo iba a decir a ti!!!) Esssstoooooooo, será el Simulador Espacial?
Rubia de bote…morenote: Ay si, eso!

El capullo vacilón, que no ha visto ni fútbol en la tele, en la exposición “Materiales para el éxito”.
Cap…vacilón: Pse, pse, xavala!!!
Eli contratada: (Pensando…será a mi?)
Cap…vacilón: Pse, pse, xavala!!!
Eli contratada: ¿Qué?
Cap…vacilón: Ñannmamuqhjhuaiaa
Eli contratada: ¿Qué?!!!!
Cap…vacilón: Dónde están los dardos para esta diana?
Eli contratada:
Estooo… es una diana para tiro con arco olímpico (claro, ahora que soy tiradora de arco, como para no saberlo, ejem)
Cap…vacilón: Pos eso, las cosas esas para tirar.
Eli contratada: (Partiéndome de risa) No te parece que si dejásemos eso ahí la gente se mataría entre si…?


Continuará…..

martes, 16 de octubre de 2007

Fins ací va aplegar la riuà

Cincuenta años ha que Valencia fue azotada con una riuà, y como aquí todo se celebra….
No era el Nilo lo que subía, ni las plagas con báculo en mano que profetizaba Moisés, para castigar a una población que por lo demás se declara devota de “La Cheperudeta”; Elhoim con su poder, manifiesta su ira contra los valencianos. De poco sirvió que el Papa visitase la ciudad y que de telón de fondo apareciese el Hemis y el Museo de las Ciencias, si va y se inundan, y es que a Yahvé le toca el huevo cósmico que se quieran hacer torres de Babel (zigurats, pirámides y Museo de las Ciencias), Dios no juega con la Ciencia (extraño paralelismo que se intenta vender de la ciudad, católica y científica; atávica y moderna; de río y de mar; de huerta y circuito urbano…) y por eso pecadores todos, sufrimos una inundación de dimensiones considerables, es un aviso, a la próxima saldremos del Museo “A toda vela”, con el “Desafío español”, conocido popularmente como “travelling”.
De momento me pido ser Elisa-beth (la prota, este es mi post), el resto pueden ser los piratas del Turia.
Menos mal que todo en este museo está previsto, hasta el velero salvavidas, y mientras remamos, entonaremos alegremente a Espronceda: “Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín.”




Porque a pesar de todo… la emoción está dentro.

jueves, 11 de octubre de 2007

La Condesa Sangrienta

Báthory,
la (máquina) sangrienta
(leer con el Dies Irae de fondo)


Lo que voy a contar es una realidad monstruosa. Si alguno de los presentes es de ánimo débil, pusilánime o que sufre desvanecimientos ante atrocidades de rojo sangriento y perversión sádica, le recomiendo que esté preparado para lo que viene. Es una historia, pero no del pasado, el mal está presente entre nosotros y hoy, mañana o pasado, nos puede tocar a cualquiera y sufrir en nuestras carnes o en nuestros cerebros los horrores de una perversión o de un rito de eterna juventud.

Creemos estar dentro de una sociedad en la que sólo priman los valores estéticos, debido en parte, tanto a los adelantos tecnológicos como médicos. El ser joven, el gozar aparentemente de un buen cuerpo a la vista ajena, es una especie de estigma o esclavitud que muchas mujeres soportan a costa de enormes sacrificios. Cuidarse, no comer, recurrir a la magia muchas veces falsa y siempre efímera de la cremas o acusar el dolor, física y mental, del quirófano y postoperatorio de una intervención de cirugía estética, son unos de los múltiples rituales al que recurren las mujeres para estar apetecibles, para que su hombre nos las deje por otras de mejor factura, para seducir a los machos o dar envidia a otras mujeres. Pero, todo ello no es definitivo y la losa de la insatisfacción incrementa su peso con el transcurrir de los años, con el decrepitar del cuerpo, con el devenir de la muerte. Desde tiempos remotos el ser humano ha tenido la necesidad de mostrar su belleza física, su lozanía, su juventud, el mágico momento en que todo es posible, pero un fin último mueve a todo ser, la procreación, para legar sus genes a otro individuo y de este modo no perecer en el lento proceso de la evolución, sino vivir, vivir eternamente.

Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, cuando Europa sufría una de sus abundantes crisis políticas, sociales y económicas y la última de las guerras religiosas se unió a las guerras que mantenían el equilibrio del poder y, estas contiendas, con las primeras guerras comerciales, además los estragos, se combinaron con la hambruna y las plagas sobrevino una revolución intelectual, un violento cambio de las formas de pensar acerca del hombre y el universo, que influyó más en la naturaleza de la vida humana más que ninguna de las nuevas ideas surgidas durante el Renacimiento italiano, sacudió el modo de pensar y emergió una nueva Europa.
Era el tiempo en que Caravaggio pintaba sus “descarados” cuadros, llenos de sangre y violencia, llenos de oscuridad y de sentidos ocultos. Nuestras iglesias se llenaban de cuerpos torturados cubiertos de heridas, llagas y signos de tortura y la Inquisición no daba muestras de desmayo cuando los cuerpos lacerados de los herejes se deshacían entre sus máquinas de fabricar dolor. Eran los tiempos del llanto y crujir de dientes que dicen los libros sagrados.
Pero no toda la vieja Europa, llena de mitos y leyendas crueles por doquier, se encontraba en ese momento de proyección histórico. En Csejthe, Transilvania, esa singular región rodeada por los Cárpatos que, por su fértil riqueza, fue siempre zona de conflicto entre Hungría y Rumania, y en ese momento bajo el poder de Hungría, aún se
vivía bajo un estado feudal, con señores que dominaban, desde lo alto de sus castillos un vasto terreno de rica agricultura y ganadería fértil y con campesinos que trabajaban las tierras del señor.

En uno de esos castillos, el de Csejthe, para ser concreta, es donde se forja la historia de Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta.
Entre el mito y la realidad se mueve Gabriella Erzsébet o Alžbeta (Elizabeth) Báthory-Nádasdy de Ecsed que nace en una de las familias más antiguas y adineradas de Transilvania, en 1560 en el seno de una rica e importante familia aristócrata de Hungría.
Elizabeth se inició desde su infancia en las artes ocultas de la hechicería y creció con una especial atracción hacia la sangre.
Rara y taciturna, así fue criada por su suegra, a diferencia de la mayoría de mujeres y hombres de su tiempo, Elizabeth había recibido una buena educación y su cultura era excepcional, hablaba perfectamente el húngaro, el latín, el alemán, y el dialecto tôt, lo cual le resultaría muy útil para leer aquellos libros esotéricos y de ciencia que se hacía traer desde los más recónditos lugares de Europa. Cada detalle de su vida muestra a una persona muy inteligente, con dominio total de sus facultades mentales.
A los 10 años, cuando los ojos de la niñas se parecen a los de las muñecas y las muñecas son como niñas, fue separada de su familia, y llevada a Csejthe, el castillo de los Nádasdy, para comprometerse en matrimonio con Ferenz Nadasdy. No tardo, desde su primera menstruación, en hacer uso pleno de condición de mujer A los trece años quedó embarazada de uno de sus sirvientes. El muchacho, el siervo, fue castrado y arrojado a los perros que acudieron al banquete atraídos por la sangre que manaba del siervo lascivo. Erzsébet fue enviada a otro remoto castillo familiar para que arrojara de fuera de si el fruto de su pecado. Fruto que fue hecho desaparecer.
A los quince años se casó con el conde, un guerrero al que se le conocía como el “Héroe Negro”. Era extrañamente bisexual, tenía como amante a un tipo que por su raro aspecto llamaban "el vampiro", pero no desdeñaba, más bien gozaba hasta la saciedad, del cuerpo de sus doncellas en una orgía lésbica.
La vida ajena no valía para estos señores, dueños de vidas y haciendas. Existe registro epistolar de cómo Ferenc y Erzsébet intercambiaban información sobre las maneras más apropiadas de castigar a sus sirvientes, esto era normal entre los nobles de la época. Las posesiones eran enormes, y se requería un férreo control sobre la población local. Siendo su propio marido quien la inició en el "arte" de la tortura, de modo que cuando ella comenzó a hacerse con el gobierno del castillo lo puso a prueba.


La leyenda cuenta que Elizabeth, siendo muy joven, vio a su paso por un pueblo a una anciana decrépita y se burló de ella. La mujer, ante su burla, la maldijo diciéndole que ella también estaría como una anciana en poco tiempo. Y así fue. El tiempo pasó y comenzó su mayor preocupación en la vida: el envejecer, las arrugas, la torpeza, las manos sarmentosas, las carnes flácidas y el ocaso ridículo de los sentidos.
Se cobró su primera víctima, a partir de 1604, después de la repentina muerte de su esposo, una joven sirvienta que le peinaba en aquel momento le dio un tirón a su pelo y Elizabeth la abofeteó con tal ímpetu que la hizo sangrar. Su mano quedó manchada y en su imaginación, creyó ver que el trozo de piel manchado de sangre rejuvenecía y tenía mejor aspecto que el resto de su cuerpo. Aprovechando su enfado Elizabeth ordenó que le cortasen las venas como en sangría a la joven sirvienta, como se hace a los cerdos, y llenaran la bañera con su sangre. La agonía dura mientras la sangre está en el cuerpo y el corazón funciona pues, los muertos, no sangran.
Con este primer asesinato se sintió dueña de la vida y surgió su obsesión. Viajaba por los Cárpatos en su carruaje buscando niñas de las que se pudiera servir. Iba acompañada de sus doncellas, sicarios femeninos rudos y crueles. Cuando encontraban a la víctima perfecta, le prometían trabajo y la pobre joven terminaba secuestrada en el castillo tras ser azotada o drogada. En los sótanos se la encadenaba y después de someterla a largas horas de torturas se le acuchillaba para sacarle la sangre. De este desangramiento se ocupaban sus sirvientes, Ficzkó, Dorottya, Ilona y Piroska. Su depravación crecía y fue instruida e iniciada en la brujería por dos mujeres; Darvúlia “la bruja del bosque” y Erza Majorova, “la bruja de Miawa”.

Pronto los habitantes del pueblo se percataron de que las jovencitas que iban a trabajar al castillo desaparecían y no se volvían a ver. El pavor popular se desató y por todos los territorios circulaba el relato que no leyenda de la condesa practicando la brujería, la nigromancia, la magia roja y otras prácticas de horror.
Cuando los campesinos veían el carruaje de la condesa ya sabían que Elizabeth buscaba una nueva sirvienta que desaparecería como todas las demás. Tras once años viendo desaparecer jóvenes y escuchando profundos gritos que venían del castillo, los campesinos comenzaron a investigar por su cuenta y se encontraron con varios cuerpos mutilados y sin vida de algunas de esas chicas en las inmediaciones del castillo. Llegaron a decir que el castillo estaba maldito y en él habitaban vampiros. Las sospechas se denunciaron al mismo soberano, pues la condesa cometió un error, y fue escoger a muchachas de la incipiente burguesía para educarlas y de las cuales nunca más volvería a saberse.

En 1610, el rey envió una tropa de hayducos bajo las órdenes del propio primo de Elizabeth, Gyorgy Thruso.Vieron que en el sótano había un artefacto de hierro con forma humana, la virgen de hierro. Dentro, los pinchos zaherían y desgarraban las carnes jóvenes de las chicas.. Atravesaban sus cuerpos desnudos y por los agujeros del monstruo metálico manaba la sangre. Entonces alzaban la dama de hierro tirando de las cadenas y la condesa se ponía debajo para ducharse con la sangre de las vírgenes. En el castillo se había construido un sistema de canalización para que la sangre de sus víctimas recorriese los conductos hasta llenar la bañera de Elizabeth. En la habitación de la condesa había un enorme espejo, con dos repisas tapizadas en terciopelo para sendos brazos, con el fin de que la condesa se apoyase en éstas y observar más de cerca su rostro. Encontraron una libreta con el nombre de todas sus víctimas, se le calcularon más de seiscientos, pero en realidad fueron más de setecientos crímenes.

En 1612 se inició un juicio en Bitcse, la acusación se concentró en los asesinatos de las jóvenes nobles, pues los de las siervas carecían de importancia. En la sentencia todos fueron declarados culpables, unos de brujería, otros de asesinato y los demás de cooperación.
Pero la Ley impedía que Elizabeth, noble, fuese procesada, fue emparedada en su habitación, dejándole tan solo un pequeño orificio para pasarle la comida, murió el 21 de agosto de 1614 a los cincuenta y cuatro años de inanición y podredumbre, después de no ver la luz del sol en dos años y convivir con ratas, sarna, piojos y…… de lo más cruel para ella, la vejez implacable.
Es imposible saber, hoy en día, qué sucedió realmente. Desde el punto de vista psiquiátrico, sería una anomalía que se sale del patrón común a todos los asesinos en serie conocidos. En la época era común castigar cruelmente a siervos y pupilos, y ejecutar incluso a pequeños delincuentes de las maneras más espantosas. Puede que Elizabeth fuera inocente y sólo se comportara como una noble más de su época. Señora feudal de un importante condado de Transilvania, metida en todas las intrigas políticas de aquellos tiempos convulsos, pero sin ejército con que proteger su poderío. Su hermano Gabor, se convirtió en Príncipe de Transilvania, por las mismas fechas con el apoyo económico de Elizabeth. Éste se metió pronto en una guerra con los alemanes; por complejas razones políticas, esto la ponía en peligro de ser acusada de traición por el Rey Mátyás II de Hungría, quien probablemente ambicionaba sus extensos dominios. Viuda como era, se vio más vulnerable y aislada que nunca. Es por esta época que empiezan a escucharse rumores de que algo muy siniestro ocurre en el castillo de Čachtice. Un pastor protestante local difunde que la condesa practica la brujería y para ello utiliza la sangre de muchachas jóvenes, una típica acusación muy popular en la época, similar a las que se realizaban contra los judíos y disidentes. Es curioso observar el paralelismo con Juana de Arco, acusada igualmente de brujería cuando su poder político se consideró peligroso para el sistema establecido.
¡Oh Lilith!. Primera mujer de Adán, desterrada al olvido por sus desenfrenados deseos sexuales de posesión del varón, diosa de la lujuria, polarización de la diosa Diana la cazadora, diosa de la noche, de la Luna, de la mujer en definitiva.
El emplear pócimas, emplastos y alquimia que servían para sanar o enfermar a una persona era considerado brujería, nadie podía salvarse o castigarse sin el lógico rezo a Dios, que era omnipotente e invisible, en cambio aquellas hiervas que estaban presentes en la Naturaleza eran consideradas de condición maligna Así es como poco a poco se fue sustituyendo el culto a la Diosa Madre, a la Naturaleza, a Lilith, pasando a un culto masculino e impotente para los primeros patriarcas, pues de todos es sabido el poder que Dios tenía como “banco de semen”.

Hay una relación entre: Diosa femenina- vírgenes-brujería- Elizabeth-juventud. La cosificación femenina a la que son sometidas por Elizabeth, desde una diosa hasta la palabra juventud, está patente a lo largo de toda su vida, de este modo y volviendo al texto anterior, hay una desfragmentación del cuerpo femenino de Elizabeth, que se extrapola en un ciborg, la condesa crea un modelo de si misma pero con ayuda del cuerpo y la mente de otras mujeres, o de ídolos femeninos, de la siguiente manera:
- Advocación única a una diosa, Lilith. Culto.
- El empleo de la sabiduría ancestral obtenida de la Naturaleza (femenino, singular), de sus brujas. Sabiduría/aprendizaje.
- Criadas deformes y robustas, con mucha fuerza, para sostener con firmeza a sus víctimas. Fuerza corporal.
- Deseo sexual volcado en mujeres. Sexo.
- Uso de la máquina con cuerpo femenino, para sus torturas, la virgen de hierro.
- Fetiche y objeto de tortura.
Finalmente la sangre de las vírgenes que le rejuvenecían. El eterno enigma de la juventud o vida eterna.
Toda esta enumeración era ella misma, para si misma, para su egocentrismo, superado por su narcisismo y empeorado por su posición social de noble y tirana feudal.
Elizabeth crea un ciborg de “sus mujeres”, de las características de cada una de ellas, incluso la piel de ese ciborg femenino es la virgen de hierro.

A Lilith, diosa femenina, se abraza Elizabeth toda su vida, por los gozos y la compañía de su funesto cortejo femenino y por el poder que la fascinante naturaleza ejercía sobre ella al iniciarla en ese culto a la Divinidad femenina, Darvúlia “la bruja del bosque”y Erza Majorova, “la bruja de Miawa”.
La primera, como si de una Harpía se tratase, le enseñó pócimas y la instruyó en la magia roja, engendrando de este modo una malvada Estrige, a la que le fue temiendo. El poder de Elizabeth se iba haciendo cada vez más y más grande y su sed de sangre era aún mayor. Crecía su mente, envejecía su cuerpo. Esta especie de Estrige tenía costumbres nocturnas, encerrada en los sótanos de sus castillos, cual Hades inflingiendo los peores castigos a esas víctimas casi infantiles, bebiendo su sangre y empapándose su cuerpo con el líquido rojo, a la vez que les arrancaba las entrañas con incandescentes atizadores o introduciendo por todos los orificios de éstas cirios encendidos, lacerando su cuerpo y su pudor.

Erza Majorova, impuso un poder mayor y esclavo a la mente, cada vez más castigada de Elizabeth, para tenerla bajo control le suministraba drogas, y ésta caía bajo los efectos alucinógenos de ellas, cometiendo de este modo auténticas orgías sexuales rematadas en un baño de sangre de sus púpilas.
De ambas conoció el manejo de hierbas, pócimas y emplastes para que su cutis se mantuviese más terso. También se sumergió en un continuo aprendizaje de saber y conocimiento que iba absorbiendo al igual que hizo años atrás cuando su suegra la instruía en otro tipo de artes. Se diría que a lo largo de su vida, aprendió de las enseñanzas de las mujeres mayores que ella.

Las criadas, a excepción del contrahecho Ficzkó, servían los designios de la condesa. Eran de aspecto hombruno, robustas con una gran fuerza para poder sujetar a las muchachas en sus estertores movidas por el horror y el miedo a perder la vida. Actuaban en contra de su propia voluntad, pero debían hacer lo que les ordenaba su señora Elizabeth, que no tenía la suficiente fuerza de un hombre, pero si la crueldad de una bestia. Acomodada en su pérfida mente maquinaba aquellas acciones que las musculosas criadas ejecutaban en un cuerpo a cuerpo desigual con las víctimas, cortando con herramientas las blancas carnes de las jóvenes, desangrándolas, para prepararle a su señora el macabro “baño de sangre”.
El ciborg-mujer de “la fuerza bruta”, aparecía en su extensión en brazos, pechos, piernas de sus sirvientas, prolongando extracorpóreamente la tortuosa mente Bathoriana a esas mujeres, a su mismo género, para que procediesen en acto funesto contra sus congéneres menos fuertes. La fuerza contra la debilidad, la madurez contra la juventud, la mujer contra la mujer.

Sheridan Le Fanu, cuando escribió su Carmilla en 1872, pensó para esa historia en esa mujer-vampiro, que sus poros fagocitaban la sangre derramada, caliente, de sus víctimas, para modelar al personaje de ficción. Al igual que Elizabeth, Carmilla es una vampira, pero muerta, que se siente atraída por las jóvenes féminas, es lesbiana, como la condesa, la cual disfrutaba contemplando la silueta de aquellas que yacían en sus aposentos, jugaba con sus cabellos, descubriendo que con un cuerpo hermoso, como el de ella, podía obtener tanto o más placer, más hedonismo si cabe, que con el de un hombre.

Carmilla, es al igual que Elizabeth, una femme fatal disfruta con sus amadas, turbando el sentido a la inocente Laura, porque el amor es a la vez tan cruel como deseado, tan hipócrita como benevolente, emana fuerza y vitalidad, pero te arranca la vida, como el súcubo que es Carmilla para con Laura, como lo vampírica que era Elizabeth, para con sus jóvenes víctimas, antes y después de que su cuerpo tomase todos los fluidos corporales que manaban de éstas.

Ya lo decía Carmilla, y aplicado a Elizabeth, sería más que real: “Serás mía…debes ser mía…Tú y yo debemos ser una sola cosa, y para siempre” […] “Yo vivo en ti, y tú morirás en mí.”

Atrapadas en un abrazo mortal, quedaban las víctimas de la condesa, esa piel de metal, fría, áspera, gris, sin vida, al igual que las desdichadas que quedaban dentro ignorando que aquel ciborg, mitad mujer, mitad máquina, les arrebataría la vida y su inocencia para siempre. La Virgen de hierro, al igual que la condesa, se mueve entre el mito y la realidad Se dice que en Nüremberg había un famoso autómata creado por un relojero la condesa adquirió una réplica para la sala de torturas de su castillo de Csejthe. Esta dama metálica era del tamaño y del color de la criatura humana, era antropomórfica, con una cara que se podría reconocer como María la madre de Jesús y un cuerpo formado por dos puertas que lo asemejaban a un ataúd. Medía más de dos metros de alto y casi uno de ancho. Desnuda, maquillada, enjoyada, con rubios cabellos que llegaban al suelo, un mecanismo permitía que sus labios se abrieran en una sonrisa, que los ojos se movieran.
La condesa, sentada, observaba todas las noches de práctica de esta tortura, como era introducida una joven en cuestión dentro de la Virgen de Hierro, con un leve toque de las joyas que prendían de esta piel metálica, el cuerpo vivo quedaba atrapado entre docenas de clavos punzantes y oxidados diseñados para ensartarse en la víctima esquivando los órganos vitales en cuanto la doble puerta se cerrase. Esto permitía que la chica siguiese viva y en posición vertical, derramando sangre por doquier, de vez en cuando la condesa abría las puertas de hierro para comprobar que la víctima estaba teniendo un sufrimiento suficiente y deleitarse, no sólo en ese escape de sangre, sino en la vejación de aniquilar y torturar un cuerpo joven, el cuerpo que ella ya nunca más tendría.
La sangre es la vida. (Deuteronomio XII-XXII). Los adelantos médicos que hoy en día hay para hacer más joven una piel que ya ha sufrido el paso del tiempo, en el siglo XVII no existían, las leyendas, el boca a boca del uso de ciertas hierbas, emplastos, pensar que el atavismo de estar en una zona donde se reúnen más historias fantásticas por metro cuadrado que en ningún otro lugar del planeta hacía que muchas mujeres tuviesen fe en que era la panacea para cuidar su dermis y prolongar un poco más la belleza de su rostro.
Una de esas panaceas viene de la mano de las brujas que aconsejaron a la condesa a utilizar la sangre de jóvenes. En un principio el método fue revelado por Darvúlia, de este modo el empleo de ese líquido vital proveniente de un cuerpo joven daría la fuerza y devolvería la juventud perdida a Elizabeth, lo importante es que fuesen jóvenes. Poco a poco y viendo, como era de esperar, los efectos no eran los esperados se aconsejó buscar sangre de vírgenes, ya que no llevaban la mácula de las jóvenes que ya habían conocido el amor y otras cosas. Esto ayudado de los emplastos de hierbas, que Darvúlia le colocaba en la piel, los cuatro cánticos a un ser que prometía la juventud eterna, eran suficientes para psicosomatizar una leve mejoría en toda Elizabeth.

Pero como era de esperar la anciana Darvúlia muere y Elizabeth se ve sola y sin sus remedios, hasta que hace buscar a la bruja de Miowa, ésta mucho más sabia que la anterior, la inicia en ritos mucho más peligrosos, las chicas en ese caso han de ser tan jóvenes, que ni siquiera se hayan enamorado nunca, porque así su sangre será mucho más pura, unido al uso de hierbas alucinógenas, hizo que la condesa terminase con una locura aún mayor. En los momentos de orgías sangrientas, Elizabeth abusaba sexualmente de ellas, arrancándoles la inocencia que tenían, las emborrachaba o drogaba para que entre ellas se matasen y cuando quedaba una sola vencedora era torturada y ajada hasta la muerte, por la propia condesa, en cuanto ella se cansaba, debido al agotamiento físico propio de la edad, le daba los atizadores al rojo vivo a sus sirvientas para que continuasen la tortura. Si la chica se desmayaba de dolor hacía que la despertasen. Tenía que estar viva mientras se desangraba, mientras padecía las torturas, pues ese momento era el que a la condesa la enervaba de placer y a la vez le propiciaba el líquido caliente y aún recién extraído de la joven. La condesa sabía muy bien cuando ella misma debía darle el golpe de gracia para que de este modo todo el proceso concluyese, comenzado y terminado por ella misma, pues quién sino tenía el poder de dar o quitar la vida, sólo la Báthory, la vampira.

Tanto el cine, como los cuentos, proyectan la figura de la Condesa Sangrienta. En “Blancanieves y los siete enanitos”, el espejo, objeto frecuente de consulta, tiene la facultad de hablar y responde a las preguntas que le formula la madrastra. Elizabeth, tenía un espejo, diseñado por ella misma, en el que se apoyaba para mirar su rostro, tenía verdadera obsesión por este fetiche, que le era tan sincero que a veces lograba agobiarla, cuando mostraba el paso del tiempo por su piel.

El espejo también es un ciborg creado por la misma condesa, muestra la imagen virtual de un objeto con el mismo tamaño y forma que el real, en este caso ambos espejos mostraban el cuerpo y el rostro de dos mujeres atormentadas con el paso del tiempo, por ser las más hermosas y destacar por ello, el miedo a perder ese don natural hizo odiar a aquellas que eran jóvenes y vírgenes y que estaban próximas en sus dominios, de este modo, la madrastra de Blancanieves, hace que el guardabosques la interne en el bosque y le lleve el corazón de la muchacha, símbolo de pureza, contrastando de este modo que ha muerto y su juventud se ha marchitado. Blancanieves, en este caso sería la extrapolación de las niñas y vírgenes asesinadas por la condesa, sus mofletes rojos son muestra de que está a punto de tener la menstruación y por lo tanto es virgen. La madrastra también practica la brujería como la condesa y enterándose que la joven Blancanieves no ha muerto, pone en marcha su astucia brujeril para acabar con su vida, cayendo en su propia trampa, y despeñándose con un aspecto de anciana decrépita por la montaña De este modo se da cuenta que no se puede luchar contra natura, es decir contra el paso del tiempo, ni contra las arrugas. Ganado la juventud que ha de hacerse paso en la vida, y como un círculo llegar hasta el final del proceso de un ser vivo.

En el cine, hay bastantes películas que han tratado la historia de la Condesa Sangrienta, algunas como la de la Hammer, Countess Dracula (La condesa Drácula, 1970) de Peter Sasdy, deja un poco que desear, aquí hay más preocupación por mostrar los cuerpos desnudos, sobretodo el de su protagonista Ingrid Pitt (Natasha Petrovna), que en tratar la historia con cierto rigor histórico, también estamos en la decadencia de la productora.
Novedad absoluta en el cine italiano son las vampiras, hasta entonces bastante infrecuentes en el género, con I Vampiri, (1956) de Riccardo Freda, fotografía de Mario Bava, se abre la producción de películas relacionadas con la Condesa sangrienta.


L´amante dell vampiro (La amante del vampiro, 1961) de Renato Polselli, hace una extraña pirueta argumental mezclando elementos del vampirismo clásico con la figura de la condesa Báthory, una producción italiana, que siendo habitual mezcla una gran cantidad de erotismo en todo momento.
La española, Ceremonia Sangrienta (1973) de Jordi Grau con Lucia Bosé como actriz principal, nos relata una pseudo Báthory, que basándose en la figura de la condesa procede a la misma historia con la intención de rejuvenecer.
Otra producción española, de mucha mezcla de seres fantásticos y un éxito relativo es La noche de Warlpurgis, (1970) de León Klimovsky, donde la condesa maldice aquellos que la ajustician para volver siglos más tarde a terminar de acometer sus crímenes y fechorías.
Se han hecho muchas más películas, una que puede ser considerada como una obra cumbre dentro de la narración fílmica de la historia de la Báthory, es Contes immoraux (Immoral tales, 1974) de Walerian Browczyk, con Paloma Picasso como Condesa Báthory.
Coproducción paneuropea, que emplea de nuevo el tema sexual y lésbico de la condesa Le rouge aux lèvres (Las hijas de la oscuridad, 1970) de Harry Kumel, destaca sólo el hecho de que las imágenes evocan la obra maestra de Alan Resnais en L'Année dernière à Marienbad. Y en el papel de condesa aparece también la actriz principal de ambas producciones, Delphine Seyrig.
Otras producciones cinematográficas donde aparece la figura de la condesa desde un aspecto vampírico y de tintes lésbicos como es de esperar dentro de esa temática, son las siguientes: Il plenilunio delle vergine (1973), de Paolo Solvay, Italia; La Novia Ensangrentada, (1972), de Vicente Aranda, España; Sobrevivir (Stay Alive, 2006) de William Brent Bell, Estadounidense; Bathory, (2006) de Juraj Jakubisko, Slovacchia; Bluff, (2007) de Felipe Martínez, Colombia.


Elizabeth, estuvo rodeada toda su vida de mujeres, de cada una de ellas aprendió algo diferente, unas eran feas y viejas, como sus brujas, otras simplemente deformes y muy robustas como las criadas que le ayudaban a cometer los crímenes. Un exacerbado narcisismo emanaba del cuerpo de Elizabeth, y esto se ve en dos circunstancias, pues de la vejez del cuerpo femenino tomó la sabiduría ancestral y la fuerza, y la fuerza de los robustos cuerpos de sus criadas. Del autómata de hierro el medio para extraer la belleza y juventud de las chicas asesinadas de las que también tomó el deseo sexual. Usó el cuerpo y la mente femenina para un único fin: ella misma.

No hace falta mucha ciencia para saber que, en esos momentos, la mujer era vista sólo como un objeto, más aún en el caso de los nobles, producto de transacción entre dos tierras, máquina de dar hijos y esclava del tiempo, por algún lado debía de sobresalir una mujer, por su belleza física, porque una mujer sabia era considerada un monstruo y además no es raro ver grabados donde la mujer intelectual era representada como un ser feo y en algunos casos andrógino. Elizabeth, mezcló ambas cosas, creó un ciborg de sus mujeres para ejecutar lo más intrínseco del ser, su propio amor, su inteligencia sin parangón y su belleza, pero al verse desposeía de de ésta última por el paso de los años e incrementar su sabiduría como es normal, quiso poner a la par ambas Tal vez por ese motivo odiase la juventud que ella había perdido tiempo atrás y se consolaba con arrancarla y bañarse en la sangre sin mácula de muchachas, con el poder que otorga nacer en una clase acomodada, pero aún más, con el poder de los conocimientos gestados toda una vida, aferrándose a un clavo ardiendo, sabiendo que su fin estaba próximo.

Báthory sigue viva, quién nos dice que toda la desaparición de mas de sesenta jóvenes y niños, de los que nunca se vuelve a saber de ellos, no tiene relación con las creencias ancestrales de que su sangre es la fuente de la eterna juventud El vampirismo no es sólo la extracción de sangre, sino de órganos y de partes del cuerpo, de la vejación a seres que no conocen más que un mundo de inocencia atisbada en juegos y que de golpe se les arranca, porque la niñez es ser feliz y no tener miedo, el miedo a no saber si un día en un cruce de calle está ahí la Báthory, con su limousine y un par de caramelos…



Bibliografía

A.A.V.V. Torturas barbáricas en extremo utilizadas por la “Santa Inquisición Católica Romana”. Extracto de "Apocalipsis: exposición detallada de las profecías y visiones". Capítulo ocho. “La gran ramera”. Sección III. Madrid, 2006.

GARCÍA, J. Ella, Drácula. Editorial Planeta. Barcelona, 2006.

MONZÓN, I. Báthory. Acercamiento al mito de la Condesa Sangrienta. Feminaria Editora. Buenos Aires, 1994.

OPITZ, C. Historia de las mujeres. Vida cotidiana de las mujeres en la Baja Edad Media. Editorial. Taurus. Madrid, 1992.

PEDRAZA, P. Bella, Enigma y Pesadilla. Editorial Tusquets, ensayo. Barcelona, 1991.

PEDRAZA, P. Maquinas de amar. Secretos del cuerpo artificial. El club Diógenes. Serie autores españoles. Editorial Valdemar. Madrid, 1998.

PENROSE, V. La Condesa sangrienta. Ediciones Ciruela. Madrid, 1987.

PIZARNIK, A. La Condesa sangrienta. Aquarius. Crespo Ediciones. Buenos Aires, 1971.
SHERIDAN LE FANU, J. Carmilla, la mujer vampiro. Malditos heterodoxos. Editorial La Máscara. Valencia, 2000.

lunes, 1 de octubre de 2007

Regreso al...Museo III

De pequeña soñé con andar entre dinosaurios y aunque en la facultad de Geografía e Historia ya lo hice... siempre me quedó ese resquemor de haber estudiado algo relacionado con la Ciencia, si ya lo sé la Historia del Arte es una Ciencia, pero yo me refiero a esa verde como el quesito del Trívial o como el libro de Naturales de EGB y es que en mi, un nuevo Einstein se iba forjando...YUPIII

El tiempo pasó, crecí y aunque todavía me queda por completar medio ciclo vital, me hice mujer, y... trabajadora!!!
Pero qué mejor forma de combinar mi amor por los espacios cerrados, con niños, con adolescentes hiperhormonados, con objetos tan extraños como un medidor de agua corporal o un simulador de la Copa América que no funciona (lo raro sería que lo hiciese), y que siempre gana el Alinghi...o era el Desafío Español, bueno no lo sé.
Sí, retorno a vosotros en los albores de la tempestad, como diría Gandalf; vuelvo, esta es mi tercera vez, ya se sabe que a la tercera va la vencida, al Museo de las Ciencias de Valencia, el icono de la Cristiandad, la meta de Fernando Alonso, el ser Lovecraftiano a lo Dagón de Valencia (porque Valencia tiene playa y no sólo puerto con veleros).


La doblemente becaria por 13 meses, la atrapada en el hielo de Shakelton, la pathfinder de Félix 25 años de Conciencia Ecológica (la única que se concienció fui yo y eso que no reciclo...), la octava pasajera de la Estación Espacial Internacional, en definitiva la friki del museo, por fin puedo combinar Ciencia (verde), pseudo-museo y trabajo remunerado, ya soy cotizante de la SS, podré hacer la Renta, me siento ciudadana de pleno derecho, ahora sí que soy una individua social ( y no voy a repartir mi pasta con nadie!).


Quizá fue hace mucho tiempo, en las auroras del mundo, cuando un niño humano, sentado sólo en una colina, soñó por primera vez estos reinos. O, más probablemente, fue el retoño de un Hada el que soñó el Universo...Pierre Dubois.